Tras el apagón de este lunes y salvo algunas excepciones, el suministro eléctrico de España está recuperado casi en su totalidad. Si algo así vuelve a pasar y los propietarios de un coche eléctrico se quedan tirados sin batería, ¿qué pueden hacer?
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Cuando se apura la autonomía de un coche eléctrico, algo no recomendable, el conductor se expone a un riesgo: quedarse sin batería para poder continuar su trayecto. En estos casos, son varias las soluciones.
El seguro del coche eléctrico
Las aseguradoras tienen pólizas específicas para coches eléctricos y, normalmente, una de las coberturas incluye la asistencia para esta casuística. Direct Seguros, Reale o Verti son algunas de ellas.
En algunos casos llevarán a cabo una recarga rápida para recuperar autonomía suficiente y llegar a la estación de recarga más próxima. En otros, llevarán el coche eléctrico hasta el punto más cercano para que el conductor pueda enchufarlo.

Los clubes de automovilistas
Los clubes de automovilistas como el RACE o el RACC también ofrecen servicios semejantes para los coches eléctricos. El primero de ellos cuenta con servicio de asistencia las 24 horas del día y “en caso de avería de la batería” los socios tendrán “la garantía mecánica” que la reparará o sustituirá si es necesario.
El RACC, por su parte, cuenta con las dos opciones: pueden trasladar el vehículo, en grúa, hasta la estación de recarga más cercana y también dispone de vehículos equipados para hacer las cargas en el lugar del incidente.

Talleres y empresas especializadas
Finalmente, hay empresas especializadas que han nacido para cubrir esta necesidad: su misión pasa por recargar las baterías en el punto donde el coche eléctrico se ha quedado tirado.
Algunas cadenas de talleres, como FirstStop, también cuentan con este servicio. En su caso, por ejemplo, se han asociado con la empresa especializada Full&Fast. Prestan asistencia inmediata ‘in situ’ con vehículos que incorporan cargadores de potencias de 7,2 a 22 kW.
Un consejo
Los expertos recomiendan no apurar la energía de la batería por una poderosa razón: puede reducir su vida útil. Algo que no conviene a los propietarios de coches eléctricos, ya que este es el componente más caro del vehículo: cambiarla puede suponer una factura de más de 10.000 euros.
Y, además, quedarse tirado en la carretera puede considerarse como conducción negligente: una infracción penada con una multa de hasta 200 euros.
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