Hace un tiempo, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico lanzó el mapa Reve con los puntos de recarga disponibles en España. Ahora, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lo ha estudiado a fondo y ha emitido un veredicto.
En España, apenas el 6,9% de los vehículos nuevos son eléctricos: una tendencia que no parece que vaya a cambiar. La OCU da una razón para hacer esta afirmación: los conductores siguen dependiendo de una red de electrolineras pobre e irregular.
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En el estudio han analizado la distribución geográfica de los cargadores y su potencia en las diferentes comunidades autónomas. Las conclusiones desvelan enormes diferencias: sobre todo, en puntos de recarga rápida.
Afirma la OCU que las electrolineras de carga rápida son vitales en viajes: permiten recargar una autonomía de 200 kilómetros en apenas 15 minutos. Sin embargo, son muy escasas si se comparan con el total de puntos instalados:

Comunidades autónomas sin cargadores rápidos
La presencia de cargadores de más de 50 y 150 kW, en algunas regiones, es escasa e irregular: algo especialmente grave en las comunidades insulares y algunas con baja densidad. En Canarias sólo hay 3,3 puntos por cada 1.000 kilómetros de carreteras y en Galicia, 3,5. La situación es algo mejor en Extremadura (6,2), Baleares (6,5) y Murcia (8,5).
Han cruzado, además, los datos oficiales con la extensión de cada comunidad autónoma en kilómetros cuadrados. Un análisis que desvela grandes zonas en las que no hay ningún cargador rápido: también en amplias regiones de Aragón, las dos Castillas y Navarra.
De hecho, son cinco comunidades autónomas las únicas que ofrecen más de 20 puntos de carga rápida por cada 1.000 kilómetros de carreteras: Comunidad de Madrid, País Vasco, La Rioja, Cataluña y Comunidad Valenciana.

¿Cómo mejorar la red de recarga en España?
La conclusión a la que llega la OCU en su estudio es que para fomentar la movilidad sostenible, es imprescindible mejorar la infraestructura de recarga instalando cargadores públicos: tanto lentos a precios asequibles en las vías públicas, como rápidos en las carreteras.
Para acelerar este proceso, propone:
- Agilizar las conexiones a la red: las distribuidoras tardan muchos meses (a veces hasta 24) en facilitar el suministro desde que se les solicita.
- Revisar el actual sistema de subvenciones, que está inactivo. El objetivo es que incentive la instalación de puntos de recarga en zonas con baja densidad de población, donde la amortización de la inversión puede alargarse muchos años.
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